"Los miembros del Alto Mando Militar de la República Bolivariana de Venezuela deploran los lamentables acontecimientos sucedidos en la ciudad capital en el día de ayer. Ante tales hechos, se le solicitó al señor Presidente de la República la renuncia de su cargo, la cual aceptó. Los integrantes del Alto Mando ponen sus cargos a la orden los cuales entregaremos a los oficiales que sean designados por las nuevas autoridades"
General Lucas Rincón Romero
12 de abril de 2002
El 11 de abril de 2002, en Venezuela, tiene una historia sin resolver, víctimas que pagaron con su vida el desastre que se desarrolló aquel día, víctimas que pagan con su libertad hechos de los que no son responsables y mil incógnitas que siguen dando vueltas, incluso hoy, a nueve años de los hechos que partieron en dos al país.
A la fecha se vuelve a lo mismo. Eso lo ratifican quienes están tras las rejas por los hechos que se suscitaron ese día en el país, en donde reinaron la confusión y las balas. Balas que no salieron de las armas que portaban los policías metropolitanos que están presos, pero que pagan condena por hechos que no cometieron. Hoy no hay un solo detenido que haya dado positivo en las pruebas y que sea responsable de la muerte de las 19 personas que fallecieron aquel día y de los 114 venezolanos que resultaron heridos.
Pero más allá de esta historia sin punto final están tres incógnitas que se hace el abogado y miembro del Foro Penal Venezolano, Gonzalo Himiob Santomé. La primera es una de las interrogantes más puntuales que quedan de ese día: "¿Chávez renunció el 11 de abril?". La respuesta inmediata según el experto es que sí lo hizo, voces que estuvieron cerca del primer mandatario venezolano lo confirman.
Explica Himiob: "Todo parece indicar, pese a los intentos oficiales en declarar lo contrario, que sí, pero el tema permanece nebuloso. ¿De dónde sale la anterior conclusión? Fijémonos en los hechos: el primero tiene que ver con la expresión del Alto Mando Militar por boca de uno de sus más importantes representantes, Lucas Rincón, de la que no cabe dudar porque nada más que las palabrerías presidenciales la han contradicho".
El experto lanza esta afirmación basándose en las mismas palabras del entonces ministro de la Defensa, Lucas Rincón. "Este señor dijo el 12 de abril de 2002, sin cortapisas, que a Chávez se le había solicitado su renuncia, la cual aceptó. Ya eso debería ser indicio más que suficiente para concluir que en efecto así ocurrió, pero hay otros hechos especialmente relevantes que apuntan a lo mismo y que no tienen que ver, dicho sea de paso, con lo que hizo o dijo la oposición, sino con lo que hizo y dijo el mismo oficialismo".
Si Hugo Chávez no renunció, se pregunta Gonzalo Himiob, "por qué Diosdado Cabello, que fungía como vicepresidente en ese momento, se juramentó como presidente interino durante esos días, concretamente el 13 de abril de 2002, y ello sólo podía ocurrir según lo pautaba y lo pauta la Constitución Bolivariana en su artículo 233, ante una ausencia absoluta del Presidente".
La ausencia absoluta, explica, se da en caso de muerte del Presidente, que no ocurrió, la destitución decretada por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que tampoco ocurrió, "su incapacidad física o mental, que no estaban comprometidas ni habían sido declaradas; el abandono de su cargo pronunciado formalmente por la AN, lo que tampoco pasó; la revocatoria popular de su mandato, que no tuvo lugar; o también por su renuncia, que es lo que el Alto Mando Militar anunció que había sucedido".
En la explicación, el abogado remata: "¿Si no se había dado tal renuncia, por qué Diosdado Cabello, hombre de absoluta confianza de Chávez, asumió que el Presidente sí había renunciado? Nótese que no fue un opositor el que corroboró la renuncia del Presidente, sino dos personajes del propio oficialismo, Lucas Rincón y Diosdado Cabello, los que con sus hechos aceptaron y validaron que dicha renuncia tuvo lugar".
A nueve años de los hechos, a nueve años de lo que han sido catalogados como "violaciones a los derechos humanos", a nueve años de luchas entre venezolanos, de fracturas y de radicalismos políticos, que pagan unos con condena en las cárceles y otros con libertades condicionadas en las calles, miles son las interrogantes. Hay una historia que aún no ha sido contada. Cuando otras sean las condiciones, los hechos hablarán por sí solos. En esto basan su realidad los que estuvieron en primera persona ese día en Venezuela.
Fuente: Laverdad.com
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