16 octubre, 2010

La apretada agenda de Rivero

La Unión Canario Venezolana, quiere tratar con el presidente las expropiaciones.
Un depósito de Agroisleña, el último ataque de Chávez a las empresas canarias.

JAVIER REYES
SANTA CRUZ DE TENERIFE

En medio del recrudecimiento del Gobierno de Hugo Chávez contra las propiedades de ciudadanos españoles que viven en Venezuela, la mayoría de ellos canarios, Paulino Rivero no encuentra hueco en su apretada agenda para recibir a los representantes de la Unión Canario Venezolana, un colectivo con más de 600 asociados que defiende los intereses de los retornados canarios y de los venezolanos de origen canario que viven en el país caribeño.

En declaraciones a este periódico, Agustín Rodríguez y Sergio Goicoechea (presidente y vicepresidente) reconocen que llevan más de ocho meses esperando por el presidente canario. «Hemos enviado tres comunicaciones y hemos hablado con su secretaria. Siempre nos dice lo mismo, que en breve nos va a recibir. En Venezuela se están violando los derechos de los canarios y ni el Gobierno español ni el canario les tienden una mano. No toman acciones contundentes», señalan. Segun sus cálculos, hasta un millón de venezolanos de origen canario vive en la corte de Hugo Chávez, una cifra que el Ejecutivo de Rivero no debería desdeñar. «Ahora, cuando se acerquen las elecciones, los políticos empezarán a desfilar por allí. Sus últimas declaraciones sobre las expropiaciones no las hacen porque se les haya ablandado el corazón, sino porque vienen las elecciones», indica rotundo Sergio, hijo de vasco y canaria.

Los focos mediáticos están ahora sobre Agroisleña, confiscada hace una semana, pero el goteo es incesante. Mientras charlan con ABC les llega un correo de otro canario, a quien expropiaron en 2005 unas 3.000 hectáreas. Aún no ha sido indemnizado. «Ha hablado con el consulado español, pero ni caso. Esta es la realidad diaria», comenta. Peor aún es la situación de los hermanos Solórzano, también de origen canario. Acaban de iniciar una huelga de hambre ante el consulado para exigir los 2,5 millones de dólares que Chávez les prometió tras confiscarles más de 33.000 hectáreas en el estado de Guarico en las que se cultivaban frutas, arroz y millo, y se criaban cerdos, pollos y peces. Daban trabajo a más de 100 personas.

Hoy, poco queda de ese caudal, y el recuerdo de Franklin Brito, muerto en agosto tras cuatro meses de ayuno voluntario, está más preste que nunca. «Esto es lo peor de todo. El Gobierno interviene tierras y empresas,y meses después,todo está en la ruina», tercia Agustín, hijo de canarios e instalado en Canarias desde hace 12 años. «Me fui a comienzos del chavismo. Vendí bien y me vine. Lo tenía claro. Me gustaría volver pero no ve futuro allí», comenta.

Estrategia

Con Agroisleña ya se han desatado todas las alarmas. Su intervención, no obstante, no es casual. «Todo está planificado. Los ataques a la industria agroalimentaria lo que buscan es hambre. Cuba llena las plazas a punta de libreta de racionamiento. El Gobierno ataca a la alimentación del pueblo», subraya. La gran paradoja es que Chávez expropia tierras y el 90 por ciento del grano del país se importa. «La razón que esgrime el presidente es que la gente ha empezado a comer más», indica irritado Sergio.Agroisleña, fundada por canarios hace más de 50 años en el estado de Aragua, tiene unos 2.000 empleados y sucursales en más de 20 ciudades.

Ha sido el gran motor de la agricultura venezolana con la venta de semillas y pesticidas, y también ofrece créditos a más 18.000 pequeños propietarios del país. Tras el fracaso de las agrotiendas socialistas, Chávez puso sus ojos en Agroisleña. Ahora está eufórico y le va cambiar el nombre por Agropatria. La empresa produce 800.000 toneladas anuales de millo, arroz y sorgo. «Es una sociedad modélica con grandes ayudas para los trabajadores en compra de viviendas o bolsas de ahorro. Es increíble lo que pasa», advierte Agustín.

Mientras espera a Rivero, el colectivo ha pactado formar parte de una comisión del PP sobre temas venezolanos y se reunirá en breve con el consejero del Cabildo de Tenerife, Efraín Medina, para ayudar al impulso de una plataforma socio-política que se ha creado para tratar de desbloquear el conflicto. Un incidente como el de Agroisleña hace dos o tres años hubiera generado una emigración masiva, pero la crisis económica ha frenado el éxodo.

«Algunos, incluso, han vuelto, porque allí encuentras acomodo en la economía sumergida», señala Agustín. La crisis también ha generado un repunte en la percepción negativa que tiene el canario del retornado venezolano, pero Agustín advierte. «Terminarán viniendo más. Y tienen derecho, porque son canarios».
 
Fuente: ABC

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