10 junio, 2012

EL CANDIDATO DE OPOSICIÓN A CHAVEZ. ¿QUIÉN ES HENRIQUE CAPRILES RADONSKI?


Henrique Capriles nació en Caracas, el 11 de Julio de 1972 (durante el primer gobierno del copeyano Rafael Caldera), en el seno de una familia vinculada al sector empresarial y productivo del país. Henrique creció en un fortalecido y armonioso entorno familiar que tuvo gran peso en lo que es su formación y consolidación de valores. Tiene dos hermanos, unos sobrinos que son prácticamente sus hijos, y unos padres que se esmeraron mucho en darle la educación que va más allá de la escuela y de la calle. Lleva el mismo nombre de su padre, Henrique Capriles García, quien es descendiente de una familia de judíos sefardíes de Curazao, isla que se encuentra a tan solo 50 Km de la costa occidental venezolana. Su abuelo paterno, Armando Capriles, fue un gran emprendedor en materia industrial y comercial, dejando como heredero y encargado de parte de estos logros al padre del hoy candidato presidencial. Pero no sólo padre y abuelo han consolidado de manera exitosa los frutos que hoy cosechan los Capriles. Esta familia es bastante conocida en Venezuela por la influencia de muchos de sus miembros, vinculados de manera importante al periodismo, al deporte, al espectáculo, al sector empresarial, e incluso al mundo de la política, por lo que Henrique no es el Capriles pionero en estas andanzas.

Por su parte, la madre de Henrique, Mónica Radonski Bochenek, también tiene raíces judías y llegó a Venezuela huyendo de la persecución que vivió su familia ruso-polaca durante el holocausto en la Segunda Guerra Mundial. El apellido Radonski es de más reciente data en Venezuela, por lo que no está tan arraigado como el apellido paterno del hoy candidato presidencial. Los primeros Radonski en el país fueron los abuelos de Henrique, y a pesar de que no son tan conocidos como los Capriles, también han cosechado importantes logros (en el mundo del cine) en relativamente poco tiempo. De la familia materna hay que destacar necesariamente la admiración y el cariño de Henrique por su abuela, Lili Bochenek de Radonski a quien el candidato presidencial menciona con particular frecuencia en algunos discursos y comentarios, mostrándose muy conmovido por su recuerdo. Afirma que ella es la luz que lo guía desde el cielo, y de ella admira enormemente que en las historias narradas sobre la desagradable estancia en el guetto de Varsovia jamás consiguió lágrimas llenas de rencor ni de odio. Confiesa que Doña Lili le enseñó a luchar por la vida y gracias a esa enseñanza ha tenido la fuerza para aceptar enormes desafíos, entre los cuales se encuentra el más actual: la obtención de la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela.

Con tan sólo 22 años, el hoy candidato presidencial obtuvo su título de abogado en la reconocida Universidad Católica Andrés Bello, con especialización en derecho económico tras estudios cursados en esa misma casa. Su formación se vio ampliada tras la participación en distintos cursos y estancias en los Países Bajos, Italia y Estados Unidos. Dentro de su experiencia laboral como abogado y previa a su incursión en la política puede encontrarse su desempeño en el Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT), y en las firmas Nevett & Mezquita Abogados y Hoet, Peláez, Castillo y Duque. Su desarrollo profesional era amplio y parecía consolidarse de manera exitosa, pero tal como lo afirma el candidato en su biografía, éste sentía la imperiosa necesidad de vincularse activamente a la política, la cual para él no es más que servicio público.

Es por esto que su carrera política, como es fácil deducir por su corta edad, comenzó desde muy temprano. Pero ¿qué es lo que lleva a Henrique a dedicarle su vida a lo público? La pasión de Capriles comenzaba a manifestarse desde que era muy pequeño, según sus propias declaraciones y las confesiones que su madre ha hecho en distintos programas de televisión, el más reciente con motivo de la celebración del día de las madres. Cuenta que Henrique a los 11 años de edad le aseguró que al cumplir los 18 se iría a inscribir en un partido político. El propio candidato relata que cuando era niño veía la política “como quien ve los toros desde la barrera”, pues preveía su participación en las cosas públicas como algo lejano pero que llegaría algún día. Para él, la política es el espacio para lograr las transformaciones que se necesitan para beneficiar al pueblo, y la visión que tenía en la niñez sobre su participación no tardó mucho en concretarse y volverse una tangible realidad.

En 1998 (con 25 años de edad) resultó electo Diputado al Congreso de la República en las elecciones parlamentarias. Posteriormente y por consenso fue nombrado Presidente de la Cámara de Diputados y Vicepresidente del Parlamento (para aquel entonces Venezuela constaba de un Poder Legislativo con sistema bicameral). A pesar de que muchos políticos y diversos sectores mostraron preocupación por su corta edad para asumir la responsabilidad que implicaban estos cargos, Henrique logró convertirse en el venezolano más joven en la historia democrática del país en ejercerlos. Sin embargo, su experiencia fue breve, en tanto que su ejercicio legislativo se vio mermado por la disolución del Congreso Nacional por la Asamblea Nacional Constituyente que tuvo lugar en 1999.

En el año 2000 participa en la fundación del partido político Primero Justicia por el cual es candidato presidencial hoy en día. Formó parte de la Dirección Nacional del mismo, pero debió separarse de dicho cargo en el momento en el que se involucró en el ejercicio de cargos públicos, tal como su desempeño como Alcalde de Baruta, espacio que ha sido para Henrique lugar de nacimiento y de crecimiento personal y político, por lo que se cristaliza dicho espacio como el sitio natural para desarrollar sus aspiraciones políticas.

Este municipio pertenece al estado Miranda, pero forma también parte del Distrito Metropolitano de Caracas. La Alcaldía de Baruta fue, sin duda, una escuela de política (y sobre todo de gobierno) para Henrique Capriles, en la cual aparecen como significativos dos aspectos. En primer lugar, que Henrique resultó electo por el 63% de los baruteños, con una victoria contundente que le permitió gobernar en una primera oportunidad. Y en segundo lugar, que logró la reelección en el año 2004, siendo esta la primera vez que un Alcalde de este sector resultara reelegido. Henrique habla con mucho cariño y orgullo de su experiencia en la Alcaldía, pues afirma que desde este espacio la gran responsabilidad es resolver problemas y ayudar a las personas, siendo así la figura del Alcalde “como la de un conserje” que trabaja por y para su comunidad.

Antes de mencionar un hecho que impactó de manera contundente la vida de Henrique resulta oportuno destacar algunas similitudes y paradojas entre éste y Chávez. Estas han sido, por diversas razones, motivo de comentarios entre los venezolanos. Comenzando por la coincidencia en las siglas de sus nombres (HC: Hugo Chávez y Henrique Capriles) hasta llegar a la prisión, lugar donde ambos pasaron un tiempo aunque por distintas cuestiones. Mientras Hugo Chávez estuvo preso como consecuencia del fracasado golpe de Estado al ex Presidente Carlos Andrés Pérez, Henrique estuvo preso (durante su ejercicio como Alcalde de Baruta) por la participación en unos polémicos sucesos que se llevaron a cabo en la Embajada de Cuba en Venezuela en el año 2002 durante el Golpe de Estado que alejó a Chávez por tan sólo horas del poder. Pareciera ser que capítulo en prisión es un interesante y frecuente elemento en el currículum de quienes aspiran a la Presidencia de la Venezuela democrática (con la notable excepción del ex mandatario Rafael Caldera, quien a diferencia de Betancourt, Leoni, Pérez , Herrera Campíns, Lusinchi , Lepage, Velásquez y Chávez Frías, llegó a Miraflores sin estancia alguna tras las rejas)

Los mencionados sucesos de la Embajada de Cuba que privaron a Henrique de libertad siguen suscitando polémica al día de hoy. Cuando el Presidente Chávez sale del poder en 2002 se presentan un grupo de disidentes al régimen frente a la Embajada cubana (con sede en Baruta, área bajo el mandato de Henrique Capriles como Alcalde de dicho sector). Estos grupos generaron disturbios, atentando contra la inmunidad diplomática y los derechos humanos de personas y empleados que se encontraban en dicha sede. Ante esta situación irregular, Radonski hizo acto de presencia en el lugar de los hechos como autoridad para solicitar una inspección del recinto, con el fin de verificar que efectivamente no existiese ningún funcionario del gobierno de Hugo Chávez como asilado. Fue denunciado por irrumpir en la Embajada de manera forzosa y cuatro meses después, distintas pruebas lo relevan de toda acusación en tanto que el mismo Embajador cubano reconoció que permitió la entrada del Alcalde al edificio. Estando detenido, Radonski sentenció que seguiría preso pero que nunca podrían quitarle la dignidad. Cuatro meses estuvo privado de su libertad, pero con ese tiempo demostró su inocencia tras enfrentar la denuncia y ganar el juicio. Sobre este episodio el candidato a la Presidencia de la República afirma en una de sus biografías que. “la cárcel, cuando es injusta, pesa doble”. Sin embargo, su pasantía tras las rejas le permitió afianzar sus principios, lo religioso, sus valores, y eso fue lo que le dejaron esos cuatro meses que en su momento fueron una pesadilla viviente, pero que como todo mal momento en la vida, deja una enorme enseñanza.

Tras ocho años como Alcalde de Baruta y con la marca que exhibe -con dignidad y sin vergüenza- de su injusta estancia tras las rejas, Henrique asume el reto que hoy día sigue desempeñando: la Gobernación del estado Miranda, el segundo con mayor población de Venezuela y para aquel entonces gobernado por uno de los duros del chavismo: Diosdado Cabello. Así como la Alcaldía de Baruta tuvo su importancia y particularidades, el gobierno del estado Miranda ha tenido para Henrique un semblante bastante relevante, y es que a pesar de tratarse de un territorio vinculado a la ciudad capital, es un reflejo micro de lo que significaría gobernar al país entero y sobre todo, la evidencia de que es posible derrotar al chavismo en su propio terreno. Para Henrique, Miranda es una “Venezuela pequeñita, por su composición social”. Su desempeño como Gobernador ha girado en torno a cinco ejes fundamentales: educación, salud, vivienda, empleo y seguridad, y al momento de su juramentación afirmó haber llegado para “traer progreso”, pues su intención era “hacer, no prometer”.

Hoy en día Capriles Radonski es Gobernador de Miranda y candidato a la Presidencia de la República. Ha sido, sin duda, una figura capaz de integrar y sumar a un sector que no se considera a sí mismo como de oposición, pero que muestra descontento con el chavismo. Son muy pocas las ocasiones en las cuales Henrique ha polarizado directamente con el gobierno, y eso forma parte precisamente de esa estrategia aglutinadora y hasta ahora inexistente en un país que se encuentra fuertemente dividido. Su agenda y su discurso ya no giran en torno a Chávez sino en torno a una oferta social y reivindicativa que ha llegado a calar en los más diversos sectores de la sociedad. Si bien es cierto que esta agenda es común y se ha realizado en el seno de la Mesa de la Unidad Democrática, también es verdad que la imagen del candidato se ha prestado para, de alguna manera y por así decirlo, vender un producto “nuevo” que representa para muchos venezolanos la evidencia de que, tal como lo dice su lema de campaña, hay un camino a la mejor Venezuela.

Así, con apenas 39 años de edad, el actual gobernador de Miranda es la alternativa democrática y de progreso para un importante sector de la población venezolana. Este joven que se define a sí mismo como cristiano, católico y mariano y que se declara un fiel seguidor de la virgen, no sólo para llevar su imagen en el cuello, sino para celebrar y cumplir los compromisos religiosos “por creencia profunda”, se ha convertido en esperanza para muchos venezolanos que no comparten el proyecto político del chavismo y que ven en Henrique la oportunidad para generar el cambio deseado. Capriles tiene a su favor que todo lo que ha logrado en la vida pública ha sido a través del voto y gracias al apoyo popular, y en esta oportunidad ha decidido afrontar el más grande de los retos a sabiendas de que este sueño lo debe construir como lo ha venido haciendo en todas sus gestiones, “bloque a bloque”.

Es cierto que gran parte del camino ya está transitado. Tras medirse con 5 pre-candidatos presidenciales de la oposición (de los cuales era el más joven), Henrique tiene hoy día una consolidada legitimidad y apoyo de la oposición venezolana tras haber obtenido una “avalancha” de 1.806.850 votos, el 62,2% del total de participantes en las elecciones primarias que tuvieron lugar el pasado 12 de Febrero y que lo consolidaron como candidato unitario de la oposición. Prácticamente la totalidad de las encuestas lo daban como ganador en este proceso interno, siendo su principal contendiente el candidato Pablo Pérez, gobernador del estado Zulia (estado con mayor población de Venezuela), quien contaba con el apoyo de partidos con nutridas estructuras que, en un proceso primario, garantizaban un alto porcentaje de votos “duros” que otorgaban relativa ventaja sobre Capriles Radonski. Los más optimistas calculaban una participación total en el proceso de primarias de 1.500.000 votos. Sin embargo, aproximadamente tres millones de venezolanos acudieron a la cita electoral para decidir quién sería el responsable de liderar la campaña contra Chávez, a pesar de la existencia de un proyecto unitario y acuerdo mínimo común firmado en el seno de la Mesa de la Unidad.

Pero lo más difícil por superar aún está por venir. El candidato de la oposición venezolana se encuentra hoy en día de segundo en algunas –polémicas- encuestas que siguen dando ganador al actual Presidente de la República, quien atraviesa no sólo una terrible enfermedad (de cuyo estado Venezuela desconoce los detalles), sino también el declive y la fragmentación de un chavismo que se encuentra atravesando tiempos difíciles como consecuencia del distanciamiento de quien ha sido su máximo líder y fundador, Hugo Rafael Chávez Frías. Ante este escenario y en vistas de una campaña electoral que apenas comienza y que se sabe reñida desde los inicios, no se descarta que el joven servidor público que siempre se ha mostrado entregado, justo, solidario, lleno de vocación y de energía para transformar realidades y orientarlas hacia algo positivo pueda dar la sorpresa y convertirse en el fenómeno político que viene a acabar con el status quo y a brindar una nueva alternativa, tal como sucedió con quien en su momento fue el fenómeno extrasistema: Hugo Chávez en 1998.

Capriles no sólo afirma que tiene su vida entera puesta en el trabajo por Venezuela, sino que así lo ha demostrado, y asegura con convicción que está listo para asumir junto a todo el equipo que lo apoya el siguiente paso, que es la Presidencia de la República. En tan sólo meses sabremos si para describir “¿Quién es Capriles Radonski?” haría falta agregar “el Presidente de Venezuela que derrotó electoralmente a Hugo Chávez”. Nos lo dirá el pueblo venezolano el próximo 7 de Octubre.

Por: Carolina Abrusci
Sub Secretaria Juvenil Nacional de Acción Democrática
Fuente: Fundación Ciudadanía y Valores

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