Por Eduardo Guerra.
Rocío San Miguel, presidenta de la Asociación Civil Control Ciudadano, una pequeña ONG que hace vida en la Venezuela chavista, se ha convertido en una piedra en el zapato del Gobierno del teniente coronel. La valiente abogada se ha atrevido a denunciar públicamente una serie de violaciones a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, por parte de Hugo Chávez y su gente. Alertar sobre las continuas violaciones a los diversos artículos de la Constitución por parte de los chavistas ya no sería noticia, pero cuando éstas se desarrollan en el ámbito militar, la inseguridad personal del denunciante resulta más peligrosa aún.
Concretamente, doña Rocío denunció la existencia de militares activos de la Fuerza Armada Nacional inscritos en el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en abierta violación al artículo 328, el cual reza así:
“La Fuerza Armada Nacional constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política, organizada por el Estado para garantizar la independencia y soberanía de la Nación y asegurar la integridad del espacio geográfico, mediante la defensa militar, la cooperación en el mantenimiento del orden interno y la participación activa de acuerdo a esta Constitución y con la ley. En el cumplimiento de sus funciones, está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna. Sus pilares fundamentales son la disciplina, la obediencia y la subordinación. La Fuerza Armada Nacional está integrada por el Ejercito, La Armada, la Aviación y la Guardia Nacional, que funcionan de manera integral dentro del marco de su competencia para el cumplimiento de su misión, con un régimen de seguridad social integral propio, según lo establezca su respectiva ley orgánica”.
San Miguel destacó que al revisar en la Web del Consejo Nacional Electoral (CNE) pudo constatar que el general Francisco José Ortega Castillo, jefe del comando regional 7 de la Guardia Nacional; el general Luis Alfonso Bohórquez Soto, jefe del comando regional 4 de la Guardia Nacional; y el contralmirante Gilberto Pinto Blanco, de la milicia nacional bolivariana, forman parte de la tolda política del presidente Hugo Chávez.
Aseguró que otros 30 oficiales, con rangos altos, medios y subalternos, se encuentran en la misma situación.
Comentó Rocío San Miguel "hay que activar el concepto de control democrático sobre la Fuerza Armada Nacional. La Fuerza Armada Nacional no es un apéndice del comandante”.
Sabiendo que en cualquier momento algún juez rojo rojito le puede dictar un auto de detención, doña Rocío solicitó personalmente al Ministerio Público (MP) y a la Defensoría del Pueblo (DP) una investigación de su denuncia, y adicionalmente solicitó un derecho de palabra en el Asamblea Nacional (AN), para responder a los insultos difamatorios del diputado chavista Carlos Escarrá. Claro está, derecho de palabra que fue desestimado, así como fue ignorada la denuncia por los otros poderes, incluyendo al CNE, que borró de sus listas los nombres de los militares denunciados.
Lo grave y lo peligroso de todo esto es que si alguna institución del Estado está corrompida y penetrada hasta los tuétanos por el castrochavismo-comunismo son las FAN. Las recientes denuncias del general Antonio Rivero acerca de la denigrante cubanización de las mismas, o el juicio abierto por un Tribunal Militar al general Ángel Vivas, acusándolo de los delitos militares de insubordinación, desobediencia y falta al decoro, por oponerse al lema cubano ‘Patria, Socialismo o Muerte, Venceremos’, no son más que aquellas manifestaciones que logran escapar al férreo control que Chávez le impone a las FAN. Las violaciones constitucionales continúan, si no, que alguien diga en qué parte o artículo de la Constitución aparece la Milicia Nacional Bolivariana…
Afortunadamente, hay en Venezuela ciudadanos dignos como la abogada Rocío San Miguel, que ha dicho que no se irá del país y que enfrentará el poder de Chávez, aunque pierda su libertad.
La reflexión final es que si la mayoría de los militares venezolanos callan y se humillan ante los cubanos, a cambio de un aumento del 40 % del salario y de otras prebendas corruptas, qué esperanza queda para el resto de los venezolanos que tienen menos posibilidades de ejercer el poder.
El dicho dice “esta llovizna no moja pero empapa” y a Hugo Chávez le está cayendo un aguacerito en forma de Rocío con la San Miguel…
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